La trazabilidad se define como la capacidad de poder seguir el proceso y la evolución de una mercancía en cada una de sus etapas. En la logística poder contar con un equipo capacitado para llevar un control y una gestión óptima puede ayudar a hacer frente a todos los desafíos que se le están planteando en la actualidad, que están suponiendo grandes dificultades para el progreso del sector.
Contar con una cadena de suministro globalizada ha ayudado en muchas cuestiones al sector, pero también ha generado que ante cualquier suceso se vea afectada la red logística de prácticamente todos los países. Ante este escenario el conocimiento surge como salvavidas, permitiendo adaptar las operativas a cualquier variación. Y éste, ¿Cómo se ve plasmado en la logística? Efectivamente en la capacidad de conocer en todo momento la información que se trata dentro de la empresa, eso es, poder llevar una trazabilidad de las operativas.
Trazabilidad como solución
Hay una serie de áreas en las que poder contar con un control completo de sus elementos ayuda de gran manera a afrontar situaciones marcadas por el cambio. Podemos englobar en 3 las zonas en las que la posibilidad de contar con un sistema de trazabilidad puede ayudar a reducir el efecto de crisis o variaciones en la actividad:
1. Inventario
Una de las áreas que más se han visto afectadas por los cambios sucedidos en las cadenas de suministro es la manera en la que se gestiona el almacenaje de las mercancías. El aumento de la demanda de este servicio ha generado que poder llevar un control de manera manual se complique. Pero para abordar esta problemática han surgido novedosas herramientas tecnologías que, con su incorporación, permiten llevar una trazabilidad completa del inventario en tiempo real.
De esta manera, lograr una optimización en cuanto al control del flujo de mercancías ayuda a abordar problemáticas como la falta o exceso de inventario o la mala organización. Con la llegada del comercio electrónico resulta ya necesario contar con un sistema de trazabilidad orientado al almacén, de manera que ayude no sólo a optimizar los movimientos dados dentro de éste, sino también al siguiente paso al que se dirigirá la mercancía: el transporte.
2. Rutas
Es en esta área de la cadena de suministro donde más desafíos se están viviendo. No sólo marcados por el crecimiento de la demanda y exigencias de los clientes, también por la presencia de cada vez más exigencias medioambientales que afectan de manera directa a los servicios de transporte.
Siendo actualmente la red logística el valor añadido de todo negocio la alta demanda y velocidad de entrega al que se expone genera que en muchas ocasiones se haga un uso poco óptimo de los recursos, como en los viajes vacíos de ciertos camiones. Contar con una red que controle todas las flotas – tanto su ubicación como los volúmenes de ocupación, entre otras cuestiones – puede ayudar a mejorar en cuestión de planificación de rutas.
En negocios como Noriega en los que se trasladan más de 10 millones de toneladas al año, incorporar esto en las flotas no hace más que generar una gran ventaja tanto a la empresa como a los transportistas.
3. Calidad
Por último, una de las cuestiones que más se tienen en cuenta es el estado de las mercancías. Las exigencias de los clientes van en aumento y con este, la necesidad de llevar un control eficaz del estado de las cargas, para evitar cualquier tipo de deterioro o desperfecto en la mercancía.
Identificar el tipo de producto, el estado del paquete o los procesos por los que ha pasado ayuda de manera significativa a poder asegurar los estándares de calidad de cada negocio. De esta manera la empresa también se puede adelantar a los datos y buscar soluciones que ayuden a evitar los problemas o las acciones que generan esos daños.
En cuestiones de calidad la trazabilidad también aborda la capacidad de asegurar el complimiento de las normativas aplicables a la actividad de la logística y el transporte. Poder tener la información de todos los procesos dados dentro y fuera del almacén ayuda a asegurar en todo momento el estado de los distintos procesos y que la documentación se encuentre en regla en todo momento.
Así es como la trazabilidad ayuda en prácticamente todas las áreas de la cadena de suministro. Su incorporación permite hacer frente de una manera controlada y eficaz muchos de los retos que se le presentan.